1879 Santa Lucía de Severino (Italia) – Caracas 1941
De nuestros próceres menos nombrados se encuentra el Maestro Vicente Martucci quien compartió, en los inicios de nuestra institución, los muy importantes cargos de director y de presidente. De hecho, el 18 de agosto de 1930, después de haberse realizado la primera presentación de la orquesta ante el mundo el 24 de junio en el Teatro Nacional de Caracas, se convocó a una reunión en el local de la “Escuela de Música y Declamación de la Academia de Bellas Artes de Caracas” (hoy “Escuela Superior de Música José Ángel Lamas”) en la cual se nombró, por votación secreta, al Maestro Vicente Emilio Sojo presidente de la Junta Directiva. Sin embargo, el Maestro Sojo, en forma sorpresiva, declinó el nombramiento, lo cual obligó a la reunión a pedirle al Maestro Martucci que aceptase el cargo por ser quien le seguía en número de votos. El Maestro aceptó, convirtiéndose en el primer presidente electo de la recién creada institución sinfónica. Habiendo dirigido la primera obra que interpretó la “Orquesta Sinfónica Venezuela” en su historia, la Obertura ‘Der Freischutz” (El Cazador Furtivo) de Carl María von Weber, también le tocó el honor al Maestro Martucci de ser el primer director de la orquesta.
Ya el Maestro Martucci había sido presidente de la “Unión Filarmónica de Caracas”, orquesta antecesora a la nuestra, que no llegó a cumplir los siete años. Ha trascendido que el Maestro fue el creador de la misma, habiéndose realizado la primera convocatoria en su propia casa a raíz del éxito obtenido con el montaje de la obra “La resurrección de Lázaro” de Lorenzo Perosi, hecho que le inspiró a crear una agrupación sinfónica estable. Dicha agrupación quedó constituida el 11 de febrero de 1922 y pero fue desafortunadamente disuelta por decisión unánime de sus integrantes el 26 de enero de 1929, conviniéndose igualmente en vender todos los útiles e instrumentos de la sociedad para invertir ese dinero en camas, cobijas, y otros enseres que serían enviados a los damnificados del reciente terremoto acaecido en la ciudad de Cumaná. Vale decir que la creación de esta orquesta, aunque de poca duración, fue un hecho muy importante ya que al fundarse la actual “Orquesta Sinfónica Venezuela”, se había tenido una previa experiencia, errores de la cual, sin duda alguna, habrían aprendido nuestros fundadores, para tratar de no volverlos a cometer y para pensar con mayor celo en mantener y preservar esta nueva aventura musical.
Vicente Martucci perteneció a una familia numerosa de distinguidos músicos dedicados a la enseñanza y a la composición. Su primo hermano Giuseppe Martucci fue notable pianista y compositor en Europa y sus obras instrumentales y sinfónicas fueron publicadas por la prestigiosa editorial alemana Breitkopf und Härtel. A su vez, el hijo de este último, Paolo Martucci, se dedicó por entero a la enseñanza musical, viviendo por algún tiempo en Inglaterra y luego residenciándose definitivamente en los Estados Unidos de Norteamérica, en Cincinatti y Nueva York. Otro familiar, Angel Mottola Martucci, también incursionó como compositor y a él se le debe la música del “Himno del Estado Anzoátegui”…y con la vida musical del resto de la familia podríamos escribir todo un libro.
Nacido en Santa Lucia de Severino, Provincia de Avellino, Italia, el Maestro Martucci llegó a Venezuela en 1897 en compañía de su hermano Leopoldo Martucci, quien fuera luego director de la Banda del Estado Zulia, y su primo hermano Ángel Mottola Martucci, ya mencionado, quien se destacaría como compositor de piezas populares, las más importantes de las cuales fueron plasmadas en un Álbum Musical publicado por el Club de Leones de Barcelona en 1947, en homenaje a su labor creativa.
Fue nuestro prócer, inspector de bandas militares, director de espectáculos públicos de Caracas y director de las escuelas de bandas del Ejército Nacional. Labor encomiable fue la que realizó por pedimento del General Gutiérrez Méndez, alcalde de la Cárcel Pública, para que eligiese entre los jóvenes delincuentes a quienes tuviesen inclinaciones musicales para enseñarles música de banda. Así se creó la ejemplar escuela de música de la cárcel caraqueña, para que los jóvenes reingresaran a la sociedad con una profesión digna, como hombres de bien.
En síntesis podemos afirmar que el Maestro Martucci se incorporó activamente a la vida artística y cultural de la sociedad caraqueña de aquellos tiempos y su figura apareció de manera prominente en casi todos los espectáculos musicales escenificados en Caracas.
De su personalidad, el Profesor Lira Espejo nos expone lo siguiente: “Su capacidad organizadora, la constante aspiración de abrir perspectivas superiores a la música dejaron profunda huella en las búsquedas orquestales de ese entonces, No sólo actuó junto a los entusiastas que buscaban horizontes inalcanzables a través de iniciativas renovadoras, la mayor parte de ellas impulsadas por el propio Maestro Martucci, sino que desarrolló una espléndida acción como profesor, de tal manera que gran cantidad de sus alumnos no sólo ocuparon prominentes responsabilidades en Venezuela, sino que lograron destacarse en Argentina, Panamá, Londres y Alemania.”
El Maestro Martucci falleció en Caracas en 1941, en la patria elegida por él como propia, donde vivió y luchó como uno de los nuestros; a él va nuestro eterno agradecimiento por su tesonero y persistente trabajo al frente de la “Orquesta Sinfónica Venezuela” en los difíciles momentos de su creación y desenvolvimiento inicial.
Investigación y textos de los “Próceres de la OSV”
Alejandro Ramírez – Presidente de la SOSV (1991 – 2010)
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